domingo, 8 de febrero de 2009

Una historia sin sentido

El sol se reflejaba en la nieve recién caída, bañando con su luz hasta donde alcanzaba la vista. Nuestra protagonista suspiró con satisfacción apreciando la belleza del paisaje en donde se encontraba.

Ni en sus más locos sueños se hubiese imaginado poder ser un testigo directo de lo que iba a suceder en apenas unas horas más, como pudo comprobar en el reloj de su móvil. A partir de estos momentos el tiempo era crucial, una diferencia de apenas una milésima de segundo podía dar al traste con la ilusión y el trabajo de muchas personas.

Un estridente sonido interrumpió la calma del lugar, recordándole a nuestra protagonista que debía apresurarse si quería ser un testigo de excepción en los hechos que iban a ocurrir.

El lugar, a diferencia del exterior, era un hervidero de gente moviéndose apresurado de un lado a otro, murmurando entre dientes todo lo que aun les quedaban por hacer para dejarlo todo listo. Parecía más un centro comercial en vísperas de navidades que un laboratorio de prestigio internacional, como presumía su director en cuanto le dejaban la ocasión para hacerlo.

Cuando llegó por fin a la sala central pudo observar por última vez el corazón de todo lo que la había llevado allí ese día. Años después aun no podría describir realmente lo que se encontraba ante sus ojos, ya que para ella iba más allá de piezas metálicas, cables y plásticos inundándolo todo, era la belleza de ver que estaba apunto de cumplirse uno de sus mayores sueños, y el medio con el que iba a conseguirlo poco importaba.

Los ruidos y destellos de luces le anunciaron que ya era hora de dirigirse a su sitio. No fue consciente de las voces procedentes de la cabina que la guiaban en todos los pasos a seguir, ya que había repetido tantas veces los mismos movimientos que estaba segura que podría hacerlos incluso estando dormida.

Acompañando a la cuenta atrás que se dejaba escuchar por los altavoces, su respiración se fue acompasando, dejando atrás los nervios que le atenazaban el estomago: … 5 … 4 … 3 … 2 … 1

Nuestra protagonista abrió los ojos y observó con ansia lo que la rodeaba a medida que una sonrisa se asomaba a su rostro, dejándose inundar por los bulliciosos ruidos de la ciudad en la que se encontraba. El primer paso del experimento había ido bien, ahora solo le quedaba averiguar en que tiempo exacto se encontraba …

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