El chirriante sonido del teléfono acompaña a los suaves gemidos que inundan la habitación.
- Brian… algo suena – murmulla Justin entre las suaves oleadas de deseo que lo inundan. Joder, ese movimiento con la lengua era mucho mejor sentirlo que realizarlo.
- No estaré haciendo muy buen trabajo sí es que eres capaz de escuchar algo más que a ti mismo – comentó Brian con cierta ironía juguetona mientras que sustituía sus labios por una de sus manos, lo que provocó que pudiese escuchar con más claridad el sonido del móvil. Era el de las emergencias familiares, como guasonamente lo llamó Justin cuando lo compró.
Cuando las llamadas de la empresa empezaron a colapsar su móvil decidió comprar una línea nueva, cuyo número solo tenía Justin y Gus, para que el rubio no pusiera como excusa de que su móvil siempre comunicaba cuando debía decirle algo importante. Y sabiendo que Justin no podía estar llamando en esos momentos, debía de ser Gus el que lo hacía, y no serían buenas noticias si lo llamaba a las 4.30 de la mañana.
- Joder – maldijo cuando se tropezó con los pantalones de Justin mientras iba en búsqueda de los suyos donde guardaba el móvil.- ¿Sí? – contestó al no reconocer el número por se reflejaba.
- ¿Papá? – la voz de Gus sonaba insegura, incluso algo temerosa.
- ¿Qué es lo que ha ocurrido? – preguntó Brian con una calma que no sentía en esos momentos.
- Estoy en comisaría. Necesito que vengas a buscarme.
- En comisaría… - Justin saltó de la cama al oírlo y se acercó a Brian preocupado. Gus debía de quedarse en casa de un amigo de la infancia en Britin.
- Si… no ha sido culpa mía… - empezó a disculparse Gus conocedor de la ira de su padre. La había visto en contadas ocasiones, y nunca dirigida hacía él, pero en la situación que se encontraba no creía posible librarse.
- ¿Dónde estás exactamente? – preguntó Brian con calma. Sin duda era mejor ir resolver las cosas allí que por teléfono.
- En la comisaría donde trabaja Karl
- Estaremos allí en seguida – Brian cortó la comunicación sabedor de que no sería capaz de decirle algo a su hijo de lo que podría arrepentirse después. Era mejor conocer la situación completa antes de hacer cualquier conjetura – Me voy a la comisaría.
- Espera, voy contigo – intervino Justin mientras buscaba sus pantalones.
Ya en comisaría se dirigieron directamente a la zona de información, donde un oficial con cara de muy pocos amigos se sentaba tras la ventanilla de atención al ciudadano.
- Buenas noches. Mi hijo se encuentra aquí – dijo Brian nada más acercarse.
- ¿Nombre? – preguntó el oficial con monotonía, había habido una redada en una de las casas de bien de la ciudad y no había sido el primer padre que se había presentado esa noche.
- Gus Marcus Peterson
- Lo lamento pero no tenemos a nadie con ese nombre – murmuró el policía más interesado en el caso. Normalmente los adolescentes no solían decir sus verdaderos nombres para dificultar que localizaran a sus padres, pero éste lo había llamado.
- Pruebe con Gus Kinney – pidió Brian.
- Espere unos segundos y aviso al agente que está al cargo para que lo ponga al corriente de lo acontecido – pidió mientras se dirigía en susurros a otro agente que pasaba en esos momentos a sus espaldas.
- Lo más seguro es que halla sido alguna estupidez, nada más – comentó Justin a Brian en un intento de que éste le dirigiese aunque sea unas parcas palabras.
- Señor Kinney, por aquí por favor – pidió una mujer que no debía alcanzar más de los 30 años de edad – Su hijo se ha metido en un pequeño lío. Enfado a quien no debería de haber enfadado y no tuvimos más remedio que traérnoslos a comisaría para esclarecer los hechos.
- ¿Pero que es lo que ha pasado exactamente? ¿De que lo acusan? – preguntó Justin con preocupación ¿en que demonios se había metido este chico?
- Hubo una pelea a la salida de unos de los pubs de Liberty Ave. Según los testigos un pequeño grupo empezó a armar jaleo y a insultar a los que pasaban por allí, con grandes síntomas de embriaguez. Su hijo salía con un grupo de amigos del pub, y por lo visto intercedió a favor de una joven que se vio implicada, llegando él y otro de sus amigos a las manos con los agresores. Un vecino llamó a la policía y cuando llegó la pareja a comprobar los hechos los separó y decidió llevarselos a comisaría para resolver la cuestión.
- ¿Por qué sigue detenido si ya han comprobado que no ha hecho nada? – preguntó de nuevo el rubio.
- Como rutina, cuando detenemos a alguien que ha participado en una pelea nocturna cerca de zonas de bares, solemos hacerle una pequeña prueba de toxico. Gus daba positivo en alcohol, por lo que al ser menor, no podemos dejarlo salir hasta que alguien responsable venga a buscarlo.
- Bien, donde hay que firmar – pidió esta vez Brian, algo aliviado, pero no lo suficiente. Ese jovencito iba a aprender que se consigue cuando le miente a su padre.
Una vez con todos los papeles pertinentes en regla, la agente fue a buscar a Gus a los calabozos.
- Jovencito espero que tengas una muy buena explicación para todo esto – la voz de Brian sonaba demasiado calmada para el gusto de Gus – por que si no es así te vas a pasar una buena temporada haciendo tareas extras en Britin. Creo recordar que a él establo le hace falta una mano de pintura ¿Qué dices Sunshine?
Justin sonrió aliviado de ver a Gus de una sola pieza por sí mismo. Parecía que tenía una mejilla algo amoratada y un pequeño corte en la ceja, pero nada grave.
- Estoy bien Jus – murmuró Gus cuando Justin lo abrazó – deberías de ver al otro.
- Vamos para a casa – pidió Brian tras abrazar también a su hijo – no quiero ni pensar que es lo que dirán las bolleras cuando les cuentes en persona tu pequeña aventura.
Gus suspiró frustrado. Sus padres era una cosa, pero no quería ni pensar cómo se pondría Mel cuando se enterará, era capaz de volver de Canadá solo para echarle en cara su posible irresponsabilidad.
No habían cruzado apenas la puerta de comisaría cuando algo parecido a un torbellino pelirrojo abrazó a Gus.
- Me alegro de que estés bien – murmuró la chica – No te van a acusar de nada ¿verdad? Oh, Gus me siento tan culpable.
- No ha pasado nada, ¿tú estás bien? ¿qué haces aún aquí? – respondió Gus
- No quería irme sin saber…
Justin cogió la mano de Brian y lo arrastró hacía el coche … sin duda Gus debería de dar más de una explicación esa noche.
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