domingo, 8 de febrero de 2009

Sueños

La luz azulona del techo de la habitación es lo que necesita para confirmar que no está en casa de Ethan. Siente unas manos, a las que no tarda en sumársele unos cálidos labios, recorriendo todo su cuerpo con infinita delicadeza, unas manos y unos labios que reconocería en cualquier parte puesto que hace tiempo que están gravadas en su memoria con el mismo fuego que ahora recorre su cuerpo al sentirlas.

A medida que el tiempo avanza y las caricias se hacen más audaces la sensación de estar en casa, en su paraíso personal, le llena por completo. Siente como si bebiera agua después de días sin beber; porque sed es la palabra que más se acerca a lo que siente, sed de ese cuerpo, de esos besos que se deslizan a lo largo de su pecho, de esas manos que se enredan en su pelo cuando lo besa, pero sobre todo, sed de perderse en la calidez que refleja su mirada. Sus ojos lo hacían olvidarse del miedo, del dolor, del frío que sentía en lo más profundo, un frío que volvería en cuanto se despertase, porque sabía que era un sueño, un sueño del cuál no quería salir.


Otra vez los continuos movimientos de Justin mientras duerme lo han despertado, con la poca luz que entra por la ventana lo observa moverse inquieto a su lado. Aunque ya llevan un tiempo juntos no se termina de acostumbrar a que el rubio se mueva y hable tanto mientras duerme, le resulta bastante molesto la verdad; pero esta vez es diferente ya que es la primera en la que está seguro que el rubio está inmerso en un sueño húmedo. La temperatura de su cuerpo es casi febril y el bulto que se insinúa entre las sabanas no deja lugar a dudas.

No está muy seguro de si debe o no despertarlo, pero estos últimos días las cosas han estado un poco tirantes entre ellos, aunque parece que el anillo había aplacado un poco las cosas, por lo que tiene curiosidad de saber con quien está soñando Justin y sabe que si le pregunta después puede que no le diga la verdad.

Justin empieza a murmurar a medida que su excitación aumenta, pero lo hace tan leve y deprisa que no lo entiende muy bien. Con la convicción de que lo más seguro es que esté soñando con él, está a punto de tocarlo, dispuesto a darle un final más real a su fantasía, cuando escucha una palabra que lo deja helado Brian.

Por la mente de Ethan pasan un millón de cosas en poco tiempo, y la mayoría no dejan a Brain muy bien parado. Creía que le había ganado la batalla, que había liberado a Justin de su protector, pero por lo visto el sentimiento es más profundo de lo que parecía, y sus acciones no han servido para nada, Brian aun poseía parte del tesoro, una parte que es difícil conquistar con palabras y acciones románticas vacías de verdadero sentimiento.
A su lado nota que Justin está a punto de llegar al momento álgido de su fantasía, por lo que le da un leve codazo para despertarlo, pero, en cuanto ha cumplido su objetivo, se hace el dormido.

Mañana sale a su primer concierto organizado por su representante, al que Justin no irá, por lo que se tomará un tiempo para averiguar que hacer, no piensa poner sus esperanzas exclusivamente en Justin.

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