domingo, 8 de febrero de 2009

pincel

Paso el pincel superficialmente por ambos costados de su espalda, sus suaves estremecimientos me indican que no voy mal encaminado. Sigo pasando las suaves cerdas por otras partes sensibles de su piel, el interior de sus muslos, detrás de sus rodillas, por su nuca…

Sus continuos temblores me animan a probar algo nuevo. Mojo el pincel en el frasco de aceite de vainilla y me dedico a lo mismo de antes, pero tardo poco en olvidarme del pincel y sustituirlo por mis manos y mis labios… sus gemidos, música para mis oídos, son la prueba irrefutable de que Justin ha perdido la apuesta y será el quien acompañe a Jennifer de compras.

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